Los ácaros del polvo son carroñeros diminutos que viven en hogares de todo el mundo.
El enemigo invisible
Los ácaros del polvo están relacionados con las arañas y, como ellas, tienen ocho patas. Se encuentran en un 90 % de los hogares y pueden colonizar una casa totalmente nueva en un año. El ácaro del polvo es el alérgeno de interior más importante pero, al tener un diámetro de solo 0,2 mm, son prácticamente invisibles para la mayoría de las personas.
El síntoma más habitual es la congestión nasal, especialmente por la noche y por la mañana tras la exposición a los ácaros que viven en la cama.
Una enfermedad que dura todo el año
Las personas alérgicas a los ácaros del polvo suelen presentar síntomas de cansancio y fatiga. No descansan durante las horas de sueño y a menudo se despiertan con dificultades para respirar. Muchas personas roncan, presentan sequedad en la boca y la garganta o se levantan con tos.
A diferencia de las alergias al polen, que son estacionales, los ácaros del polvo están presentes todo el año y es muy difícil evitarlos.
Los alérgenos respiratorios, especialmente los ácaros del polvo, pueden causar asma alérgica.