Para muchas personas, no obstante, la alergia al polen puede suponer algo más que un pequeño inconveniente.
Si no se trata, puede afectar de forma significativa a la calidad de vida y es un factor de riesgo importante en el desarrollo de asma. En función de la gravedad de los síntomas, la alergia al polen puede causar dificultades para dormir y fatiga durante el día, lo que dificulta que los adultos rindan en el trabajo y los niños en la escuela.
Partículas en el aire
Los alérgenos respiratorios están en el propio aire que respiramos, los ácaros del polvo y el polen de las gramíneas afectan a personas de todo el mundo, pero también existen alérgenos específicos en cada región, como el polen del abedul y otros árboles relacionados, como el polen de la ambrosía y el polen del cedro japonés.
¿Es necesario ir al médico?
Si no le han diagnosticado alergia al polen y tiene síntomas que afectan de manera considerable a su calidad de vida, es aconsejable que vaya al médico.
El médico seguramente le preguntará qué síntomas ha tenido y le pedirá que se haga pruebas para verificar si la causa de sus síntomas es la alergia a una determinada sustancia.